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Landelino Lavilla

En estos días en que se está glosando la figura de Landelino Lavilla como extraordinario jurista, así como decisivo y honesto político de la Transición, permítame que descubra unafaceta menos conocida: su contribución al desarrollo de la industria española.
En enero de 1970 dos leridanos, Landelino y quien firma esta carta, recibimos el encargo de José María Aguirre Gonzalo para negocia r, en nombre de Banesto, con las empresas japonesas Nisshin Steel y Nissho Iwai la construcción de una fábrica de acero inoxidable en el Campo de Gibraltar. Tres meses de arduas negociaciones acabaron felizmente, en gran parte debido al buen saber de Landelino Lavilla, con la firma en Tokio el 21 de abril de cinco contratos fundamentales, completamente diferentes de los propuestos en un principio por los japoneses, y que dieron lugar a la constitución de Acerinox S.A. en septiembre de ese mismo año.

Como consejero representante del socio mayoritario, Lavilla tuvo un destacado papel en los primeros años de la empresa, en los que siempre conté con su apoyo. En 1974 viajamos juntos a Japón para emprender el proyecto de acería, que obviamente no convenía a los intereses de los japoneses, pero que se ha demostrado que fue una decisión clave para el desarrollo de Acerinox. Tras su retirada de la vida política mantuvimos largas conversaciones telefónicas, en las que recordábamos aquellos tiempos. Descanse en paz quien, antes que nada, fue un gran español.

VICTORIANO MUÑOZ CAVA PRESIDENTE DE HONOR DE ACERINOX (MADRID)